Prohibido Rebotar

Era temprano, casi de madrugada, y corría una suave brisa por entre la indefinible mezcla de acarreos, rocas, árboles y arbustos que rodea a lo que hoy conocemos como placa roja.

La brisa era lo suficientemente suave como para permitirme escuchar los curiosos gruñidos de un zorro culpeo a quien al principio confundí con humanos teniendo arcadas, o con eructos muy particulares.

Zorro Culpeo

El extraño sonido primero me asusto, susto que luego dio paso a la intriga y finalmente fue sustituido por la comprensión.

Yo era el bicho raro ahí. YO! JA! …

se nota que me conoce. Así que para calmarlo le dije:

entre zorrones nos entendemos, déjame pasar tranquilo y prometo no hacerle ojitos a tu Sra.

No pareció haberme creído, a pesar de mi sincera insinceridad, porque me acompaño durante algunos minutos que, sin ser eternos, fueron los suficientes para ocupar mi mente en algo más que la escalada que se venia, eso y la eterna pregunta sin respuesta “¿Por qué chucha estoy aquí de nuevo? ¿Cuándo me cansare de rebotar y daré por vencido?”

Mi respuesta para mí mismo fue seguir caminando hasta el pie de vía, recuperar el aliento, preparar el equipo y empezar la primera fase de la escalada de ese día, la del free solo.

Hay preguntas que solo la escalada puede resolver. O eso me dije a mi mismo para evadir darme una respuesta satisfactoria.

¿Mi meta de ese día? Completar lo que mi último rebote me había impedido, placa roja y placa gris por el día.

Mas de 400 metros de ascenso entre trepes y escaladas por roca de diversa calidad, a veces buena, a veces mala, a veces incierta.

Pero la incertidumbre esta vez era menor, poco antes había escalado placa gris hasta su cumbre en compañía de una amiga, cumbre que nunca habían conocido mis pies, ni las lágrimas que ahí derrame cuando llegue, lo sé, soy un mamon que llora en las cumbres.

Pero esta vez el mamon iba solo.

Quería continuar aquí con algo «potente» como «placa roja es mi terreno de juego …» y recordé que no soy el mejor en esto, que el miedo es mi eterno compañero, y que de no ser porque aún tengo un esfínter funcional habría llenado docenas de pañales con todas las veces que estuve asustado.

Y esta vez no fue la excepción, ni en el Crux, ni en un par de lugares donde la guata me pesaba más de lo que me gustaría. Pero a pesar de todo logré subir a la cumbre de placa Roja y luego bajar hasta el portezuelo que lo une a placa Gris en poco más de 2 horas (Portezuelo 1).

El cubo caracteristico que es la cumbre de Placa Roja
Vista del portezuelo 1 desde Placa Gris

He dado tanto detalle sobre ambas placas en mis relatos anteriores que esta vez me limitare a continuar en el punto donde rebote en mi intento anterior a la placa Gris, en el espejo.

El objetivo de esta foto es mostrar donde comi Oreos y vi memes, el resto es irrelevante

Porque excepcionalmente para mis estándares, el resto salió bien a pesar de los sustos.

El espejo es por lejos el largo más difícil que se ha de escalar si uno quiere llegar a la cumbre de placa Gris, su graduación puede ser, dependiendo de por donde te metas, 10b u 11c, y esto es porque no es de tan fácil lectura, ello a pesar de tratarse de una placa de poco mas de 30 metros, las malas elecciones en este largo pesan.

Sobre todo porque es la única parte de la ruta que mira hacia la cara principal de placa Gris, y la exposición es de fácilmente unos 200 metros, así que aparte de su dificultad técnica ha de sumársele el efecto psicológico y diarreico que provoca la altura.

Yo mentalmente lo divido en 3 partes: Ansiedad, Ay papito y Dale CTM.

Ansiedad: una sección de unos 10 mts. que culmina justo donde esta la segunda chapa de la ruta, “protegible” en sus primeros 5-6m y luego nada … si, dije nada … hasta la chapa. Esto da la oportunidad de irse asustando de a poco en la medida que se gana altura.

Ay papito (apriete ese potito): una sección de casi 5 mts. algo horizontales, entre la chapa y el primer seguro mas o menos confiable, mas lo ultimo que lo primero. ¿Entre medio? Un traverse fino, de esos que obligan a apretar los cachetes del poto para evitar que se te salga un peo que te haga caer por el impulso.

Dale CTM: Desde el primer seguro salvador, hasta el final de la ruta. Una escalada bonita, aérea y con buenos seguros.

Y ahí estoy yo, en la terraza que precede al espejo, viendo memes y comiendo oreos para distraer mi mente con risas y azúcar de lo que se me viene. La vez anterior justo fue ahí donde rebote, esta vez no quiero que vuelva a suceder lo mismo.

Toca escalar asegurado.

Preparo mi reunión a conciencia, aprovechando la chapa que alguien coloco un poquito mas abajo de donde parte ese largo, acomodo la cuerda para que fluya fácilmente mientras escalo y le pongo un nudo al final para que si todo lo demás falla, puedan al menos encontrar a esta peladez colgando.

Comienza la escalada, me pierdo un poco en los primeros movimientos y me doy cuenta que es por el miedo, los 200 metros de vacío a mi espalda me afectan. Me enfoco en lo que tengo que hacer y avanzo.

Llego a la chapa, de a poco, suavecito y con calma. De aquí en adelante me sé los pasos de memoria, pero la ansiedad hace que se me acelere el pulso y apriete el pecho.

Respiro profundamente y me tiro, ya no hay vuelta atrás.

Avanzo con delicadeza por el traverse hasta que logro llegar a donde ira mi primer seguro, una estrecha fisura en diagonal en una laja, de la cual aún cuelga un clavo prehistórico que baila mejor de lo que mis no tropicales caderas se mueven bailando salsa.

Se exactamente que pieza de equipo debo poner, y la pongo, la pieza de equipo.

Clavo salsero

Ajusta perfecto, pero mi gallinoceidad no me permite confiarle por completo, sobre todo porque no hay tan buenas manos y tengo que ganar altura para llegar a un agarre y poder usar un pie en adherencia, es un movimiento de todo o nada y mi guatita quiere quedarse cómoda justo en el lugar en que es nada.

Lo soluciono avanzando poco a poco, intentando ganar altura con cada pie que logro encontrar hasta llegar al paso clave.

Llego al paso y me quedo estático autoconvenciéndome de que ese agarre y donde tengo el pie son los mejores lugares del mundo mundial, lo cual es mi peor mentira del día pero me obligo a creerla.

Avanzo un poquito, luego otro poquito más, ahora tírate … ¡tírate! … ¡¡¡TIRATE WEONO!!

En mi mente grito Ay papito!!! y me lanzo.

Logro llegar a una fisura y empotro el puño, los dedos me empiezan a arder de inmediato, pero aguanto para poder colocar un seguro. Saco la mano para mirar y veo que la metí en el único lugar de la fisura que tenia una planta urticante. En fin, se acabó la sensación de muerte inminente, hay que seguir.

De aquí en adelante es una escalada 3D muy protegible, que oscila entre bloques, fisuras y algo de placa. Avanzo cómodo, avanzo bien, después de un rato logro vislumbrar la reunión, una cadena con anilla que brilla como una corona incrustada en la roca.

Justo abajo, a unos 3 metros de la reunión, paro porque no puedo seguir avanzando, la cuerda está bloqueada, me cuesta un rato entender lo que pasó. Luego de tironear la cuerda varias veces me acuerdo del nudo, resulta que esta vez había cambiado de estrategia y en lugar de llevar la cuerda en una mochila sobre mi espalda, la deje ordenada abajo de modo que la recuperase en la medida que fuese subiendo.

¿Recuerdan el nudo al final de la cuerda? Aritmética simple, la cuerda tiene 60 metros, la ruta tiene mas de 30 metros, el nudo que puse por precaución comenzó a subir hasta quedar aprisionado entre un par de rocas, estoy obligado a bajar para liberar la cuerda y terminar el largo.

Esto es un retraso que perjudica mi itinerario y afecta mi estado de ánimo. Decido terminar el largo en la terraza arriba del espejo y meditarlo allí.

Armo una reunión justo donde quede frenado, bajo, saco el nudo, vuelvo a subir, termino el largo, vuelvo a bajar para recuperar el equipo y vuelvo a subir para salir a la terraza.

Hora de meditar acerca de mi futuro inmediato, la terraza arriba del espejo es amplia aunque inclinada, es un buen mirador para pensar sobre mi destino durante las próximas horas de luz.

Me queda una escalada y un trepe antes de llegar a la cumbre. Estoy cansado, muy cansado, no se si seguir y tampoco se si asegurar mi escalada con la cuerda o escalar en free solo, si uso la cuerda le agrego fácilmente 1 hora más y ese error del nudo me consumió mi margen horario.

El tramo es fácil, pero tengo casi agotada la barrita de coraje, ya llevo mas de 6 horas escalando con unos 14 kg de equipo encima, y mi cuerpo no puede seguir peleando muchas horas mas. Además que después de la cumbre viene la incertidumbre total, tengo que bajar hacia lo desconocido para llegar al siguiente portezuelo, el que conecta placa Gris con Gran Placa (portezuelo 2).

Por otro lado, si me devuelvo tengo que rapelar, caminar y destrepar debido a que placa Gris tiene un filo de pendiente variable. Mientras que si bajo hacia el portezuelo que lo conecta con Gran Placa solo sera bajar, si, por un terreno malo, pero solo seria bajar.

Ademas que realmente queda tan poco para llegar a cumbre, bajar ahora seria volver a lo mismo pero ya habiendo superado el paso mas dificil ¿tiene sentido dejarlo hasta aqui?

Mi cabeza da vueltas … decisiones, decisiones

Decido seguir, y escalar ese tramo sin asegurarme con la cuerda, es decir en free solo. Es fácil, ya estoy allí, dudo me repita esta ruta nuevamente en el corto plazo y no será la primera vez que rapeleo por terreno desconocido, total ya conozco el portezuelo a donde me dirijo, lo cual reduce la incertidumbre.

Desde la terraza arriba del espejo se yergue una pared que obliga a sortear por alguno de sus costados si uno desea seguir a la cumbre, yo ya sabia que era por la derecha, pero admito que el susto no era menor, porque si bien era un trepe fácil con un par de pasos de escalada, implicaba una exposición que ahora llegaba a los 250 metros.

Me persigno rezándole a santo pelado mino y empiezo a escalar.

Supero el primer paso, llego al tramo lateral que sale a una chimenea con pendiente, es un fácil traverse horizontal que culmina en un peldaño de unos 50cm de ancho, el cual perfectamente podría funcionar como trampolín para un piquero de 250 metros … Pensamiento intrusivo, omítelo, concéntrate y avanza.

Junto manos en una saliente rocosa para subir a la chimenea y siento como se me abren los dedos por el cansancio, me asusto, bajo al peldaño y respiro.

Hora de los recuerdos graciosos, porque estoy apoyado de guata contra la roca y si me repaso los recuerdos eróticos capaz se hace notar y el escalón si pasa a ser piquero.

Logro bajar las revoluciones y lo intento nuevamente, ahora sale, con dolor y mucho esfuerzo, pero sale.

Salgo a la chimenea, la mochila se siente más pesada, es un peso psicológico pero no importa, estoy a pocos pasos del filo rocoso que me lleva a la cumbre. Logro salir al filo y viene el tramo de rocas malas, toca trepar, saltar, sortear y así hasta llegar a la cumbre unos 50 metros después.

Fin de la tensión emocional, puedo derramar lágrimas tranquilo, no muchas porque el agua no me sobra.

Me encantaría parar un buen rato a reposar y pensar acerca del futuro, el pasado y como conecto ambos sabiamente, pero el tiempo apremia y ahora toca bajar.

Cumbre Placa Gris

Este tramo no lo conozco, se que se puede bajar, pero no se que encontrare allí, imagino que roca muy mala, algo característico del sector, ojalá algunos anclajes y uno que otro susto esquivando proyectiles.

La bajada no me decepciona, es mitad roca descompuesta, mitad rocas acumuladas sobre la pendiente, pero por suerte hay reuniones formales así que no tendré que perder tiempo buscando anclajes ni dejar parte de mi material tan preciado.

4 rapeles después de una bajada de mierda llego, al fin, al portezuelo que conecta placa Gris con Gran Placa, ahora toca bajar hasta un acarreo eterno y luego a casita.

Imagine que seria coser y cantar, pero no ¿Cuándo la vida ha sido generosa conmigo? además, ni canto ni coso bien, evidentemente tampoco tenia opciones.

El portezuelo esta unos 15 metros mas arriba que la reunión desde la que puedo bajar, así que tengo que ingeniármelas para descender hasta la reunión. No esta fácil, no es vertical pero tampoco es un destrepe sencillo.

Después de pensármelo mucho tengo que admitir que debo bajar usando la cuerda, toca dejar material.

Encuentro una fisura en la que alguien empotro una cuerda que parece estar hace décadas allí, y hago algo parecido, armo un anclaje con un cordín, empotrando un nudo por un lado y uniéndolo a un tricam por el otro. Es mi tricam favorito, el rojo pasión que en tantos jugos me ha acompañado, lo voy a extrañar mucho. Testeo el anclaje varias veces y bajo hasta la reunión.

Es una reunión antigua, pero luce confiable, me anclo, recupero la cuerda y preparo mi siguiente rapel. Cuando termino de bajar la cuerda noto con desilusión que no llega hasta el suelo que estará a unos ¿80mts más abajo?
En fin, tendré que buscar un punto intermedio y seguir desde allí.

Bajo buscando ese punto intermedio y encuentro 3 clavos oxidados con distinto grado de mortalidad, esta el muérete ahora, el 50/50 y el a lo mejor quien sabe. Decido volver a perder material armando una reunión allí con los 3 clavos.

Mientras testeo a conciencia mi nueva reunión de rapel, sin querer muevo una piedra que estaba a un costado y esta me cae sobre la canilla, ¡dolor!!!

Nada relevante pero es un recordatorio de que aún no estoy a salvo.

Mi nueva reunión aguanta mis pruebas, me cuelgo de esta, recupero la cuerda y preparo el que será mi ultimo rapel del día, ya está empezando a oscurecer, es evidente que bajare de noche.

Logro llegar abajo y mientras recupero la cuerda, placa Gris decide tirarme una ultima piedra que mi casco ataja, era chica pero se sintió.

Roca que cayo sobre mi canilla (seguro creíste que era la que cayo sobre el casco, JA!)
Romanticos recuerdos de la roca

Termine, estoy horriblemente cansado, estoy vivo y contento, me tranquiliza enormemente que mi siguiente proyecto de escalar las 3 placas por el día ahora es mas creíble.

Me quedan por delante algunas horas bajando por un desagradable acarreo de noche, con algunas caídas de poto, pero es mas risible que peligroso y la memoria me es menos fiel en estos casos, así que omitiré esa parte en mi relato.

Disfrute muchísimo de esta escalada, logre superar varios problemas, riesgos y temores. Sentí que me consolidé técnicamente, y que mi motivación ya no depende de decepciones amorosas para ir a escalar en solitario, situación que había marcado mis primeras actividades en este ambito.

O en otras palabras, mi corazón ya no necesita estar roto para escalar abrazando la soledad y el miedo durante algunas horas.

NOTA: esta travesia la realice el 10 de Abril del 2022

NOTA 2: esto se escuchaba en mi cabeza mientras redactaba

NOTA 3: Agradecimientos a Mari Tapia por ser mi contacto CAU y acompañarme en la ascension a Placa Gris en mi ascension anterior, fue clave para lograr mi objetivo

NOTA 4: aprovechare de escribir esto ahora que ya paso el boom y de seguro nadie llegara hasta aquí, llevo mucho tiempo sin escribir, no se si esto es el fin de lo que se conoce como «bloqueo del escritor», solo dire que un conjunto de eventos fortuitos parecen haberme sacado, al menos temporalmente, de alli. ¿Durará? quien sabe, claramente no yo.

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