Los Campos de Hielo, tanto Norte como Sur, son sin duda uno de los lugares más increíbles para hacer montañismo en la Patagonia, y porque no decirlo, también del mundo entero, es por esto que muchos montañistas son víctimas de ese encanto y sueñan con estéticas cumbres que se alzan en medio de un mar….de hielo.

Durante la segunda mitad del año 2012, luego de una frustrada expedición a la Cordillera Blanca, mis ojos se clavaron en el extremo sur de nuestro país, específicamente en el Hielo Patagónico Sur.  Mi compañero de cordada estaba listo, pero nos faltaba decidir el destino de nuestra “expedición”, por lo que empezamos a barajar las opciones. Pensamos en el sector del Glaciar Balmaceda, al extremo sur del HPS, como también  en el grupo  Mano del Diablo, aledaño a las populares Torres del Paine, sin embargo, tras conversaciones con gente con más experiencia en tierras patagonicas, nos recomendaron ir al sector del  cerro Gorra Blanca, que se presentaba como un buen objetivo tomando en cuenta que era nuestra primera vez en intentar algo en esas latitudes. Tras tener seleccionado nuestro objetivo, realizamos los trabajos de logística respectivo, entrenamos bastante y subimos hartos cerros previos para llegar en óptimas condiciones a nuestra pequeña expedición.

Al centro de la foto nuestro objetivo, el cerro Gorra Blanca.

Cuento corto, partimos el 26 de diciembre a Punta Arenas, para luego de comprar la comida en la zona franca de Punta Arenas, partir al Chalten, Argentina, al cual arribamos el 30 de diciembre. Este pueblo se encuentra enclavado en el punto más importante en términos de escalada/montañismo de Patagonia, ya que es el “Campamento Base” para intentar cualquier de las agujas del macizo del cerro Torre y del Fitz Roy, como también, se presenta como una excelente opción para ingresar al HPS, lo cual haríamos nosotros.

Soberbia vista desde el Chalten. Destacan sin dudas el cerro Torre y el monte Fitz Roy

El día 30 y 31 lo usaríamos para terminar de organizar los últimos detalles, contratar un transporte y analizar el pronóstico del tiempo. Respecto a este último punto y tal como dice una frase por ahí, fuimos  favorecidos por “la suerte de principiantes”, ya que entre el 31 de diciembre y el 4 enero se abría una ventana de buen tiempo, que nos permitiría atacar de manera rápida el cerro. Luego de organizar todo,  quedamos listos para partir el 1 de enero, no sin antes celebrar el año nuevo en este pequeño pueblito que se vio convertido en Sodoma y Gomorra.

El 1 de enero partimos a las 10:00am al puente del Rio Eléctrico (no es las mejores condiciones luego de la celebración del año nuevo), lugar desde donde comenzó nuestro trekking de aproximación.

Camino al Rio Electrico, punto de inicio del trekking de aproximacion al Hielo Patagonico Sur via paso Marconi. A la izquierda el Fitz Roy y la Poincenot.

Tras dos horas arribamos a Piedra  del Fraile, pequeño camping y lugar de pasada tanto para ir al Glaciar Marconi, como a algunas agujas del macizo del Fitz Roy.  Luego, seguimos caminando por otras 4 horas por las riberas del  Lago Eléctrico, morrenas y el cruce del Rio Pollone hasta el primer campamento, llamado la Playita. En este lugar armamos nuestro campamento en una de las tantas pircas que hay, y aprovechamos sobre todo de hidratarnos, porque quedamos bien cansados  luego de esas 6 horas de caminata.

Cruzando el Rio Pollone

El segundo día partimos temprano, específicamente a las 4:30 am en dirección al Refugio del Gorra Blanca, ya que el meteo decía que al medio día se taparía y nevaría un poco. La primera hora la usamos para llegar a los pies del Glaciar Marconi al cual nos montamos sin ninguna dificultad para luego seguir avanzado por este por un par de horas. El glaciar se encontraba totalmente abierto, así que decidimos avanzar desencordados entre sus grietas, las cuales fueron superadas fácilmente al ser pequeñas o tener buenos puentes hasta llegar a la famosa pasada de rocas que los guías argentinos nos habían comentado. Esta pasada en su inicio es bastante complicada de subir debido a lo pulida que se encuentra la roca, que sumado al peso de las mochilas, puede ser peligroso y complicado de superar; debido a lo anterior, decidimos armar dos relevos consecutivos para asegurar al segundo de cordada ,como también para recuperar la mochila de la persona que abría. En este sentido ayudaron bastante un par de reuniones con chapas instaladas en el lugar. Tras superar la pasada de roca, nos encordamos y comenzamos a avanzar directamente en dirección al Refugio. Casi la totalidad de este tramo lo realizamos con raquetas (del CAU obviamente), las cuales sirvieron bastante. Tras caminar 1 hora aproximadamente comenzamos a observar perplejos el  hermoso plano de campos de hielo y algunas de sus cumbres, realmente increíble.

Casi al final del Glaciar Marconi

Ya montados en campos de hielo.

Ya cerca del medio día arribamos en medio de un fuerte viento y una pequeña nevada al refugio chileno del  Instituto de Campos de Hielo, el cual es realmente un lujo.  A eso de las 17:00 hrs, en medio de una pequeña tormenta arribaron al refugio una cordada de chicas argentinas, las cuales venían de regreso de una exitosa expedición en el Volcán Lautaro, con ellas compartimos, comimos algo y pasamos la tarde conversando.

Refugio chileno del  Instituto de Campos de Hielo

Al día siguiente nos levantamos a las 4:00 para ir al Gorra Blanca, sin embargo afuera el tiempo estaba sumamente ventoso y lluvioso, por lo que decidimos levantarnos cada una hora para ver si la situación cambiaba y nos permitia iniciar nuestro ataque de cumbre. Ya a las 8:00 había dejado de llover y existía algo menos de nubosidad, sin embargo nuestro cerro seguía completamente tapado, y desde el oeste venia una gran cantidad de nubes que nos hacía pensar que se iba a poner malo el tiempo. Fue en ese momento en que una atinada recomendación de las chicas argentinas nos hizo partir; ellas nos dijeron que fuéramos al cerro, ya que era muy probable que el cerro se despejara en algunas horas y que las nubes que venían desde el oeste se desviaran por el paso Marconi antes de llegar a nosotros. Con la esperanza puesta en que ellas tuvieran razón, partimos a las 9:00 con un fuerte viento de compañía.

Tras montarnos en el Glaciar del Gorra Blanca y llegar a la base del cerro, el viento se calmo y el cerro se despejo completamente…la suerte estaba de nuestro lado. Fue en este lugar donde dejamos las raquetas y comenzamos a subir solamente con crampones a través de pendientes de unos 30º e increíbles vistas.

El último tercio del cerro es un poco más parado, con tramos de 40º, que son casi constantes hasta llegar al hongo cumbrero. En este lugar armamos una reunión en su base y lo decidimos escalar por su arista sur; la montada es de uno 60º, para luego empezar a declinar suavemente hasta llegar a su cumbre tras unos 10 metros de escalada. Este tramo fue sin duda el más expuesto del cerro, tanto por lo aéreo del filo, pero principalmente por el fuerte viento, que nos hizo prácticamente escalar arrastrándonos.

Tras 5:30 de ascenso llegamos a la cumbre, más que felices por tener nuestra primera cumbre patagónica y poder tener la oportunidad de estar en tan hermoso lugar lleno de cumbres extraordinarias y que invitan a soñar.

Cumbre!!!

 Tras un par de minutos en la cumbre decidimos bajar a un lugar más protegido, por lo que armamos una seta y rapeleamos el hongo, para descansar en la base de este. Todo el resto del descenso fue sin novedad hasta el  Refugio, donde arribamos para variar entre mucho viento. Al día siguiente bajaríamos hasta Piedra del Fraile donde pasamos la noche, para llegar el 5 de enero en medio de una fuerte lluvia al Chalten.

Sin duda Patagonia es un lugar inhóspito e increíble, lleno de cumbres extraordinarias , con mucho por hacer y por sobre todo encantador ,ya que tal como leí en otro lado, Patagonia es un lugar que embruja, y que una vez visitado no dejaras de regresar.

Hielo y cielo se funden en uno solo en esas latitudes

Daniel Pérez A.