Un pequeño gran desafío resultó este cerro poco concurrido del sector de Baños Colina, hacia donde emprendimos rumbo en la mañana del sábado 17 de noviembre de 2012, Leticia Celador, Elisa Sobarzo, Jorge Hess (todos chicos DAV) y yo; no sin antes sufrir un “pequeño” retraso por mi causa, en atención a temas niñeriles.

Tras pagar el ingreso a las termas so amenaza de individuos con apariencia de secuaces narco que resguardan su ingreso, cruzamos el puente vehicular y emprendimos marcha zigzagueando hacia el Oeste por una media hora hasta alcanzar un amplio valle que se proyecta hacia el Norte. Remontamos el valle por una huella que se observa claramente a mano derecha, huella que más arriba se pierde, dando paso a suaves lomajes que hay que superar en lo sucesivo, hasta alcanzar un gran circo al Norte.

A los 3.100 msnm aprox., giramos hacia el Sur Oeste por un filo que remata en una gran roca, a partir de la cual torcimos al Sur con dirección a un plató (3.300 msnm), desde donde nace el Lagunas hacia la derecha y que es lugar recomendado para acampar. No obstante, para evitar las fuertes ráfagas de viento imperantes, optamos por desandar unos cuantos metros y levantar campamento en un lugar a resguardo más abajo.

Tras un reponedor descanso, unos en carpa, otros vivaqueando bajo la luz titilante de las estrellas, a las 6 AM emprendimos rumbo en pos de nuestra cumbre. Para ello, tras un breve debate, en el cual, afortunadamente, prevaleció el criterio planteado por Jorge, decidimos acceder al cerro con dirección Oeste, utilizando el canalón ubicado al centro de la vertiente Este del objetivo; canalón que, hacia el final, nos llevaría a empalmar perfecto con la “ruta normal”.

A poco andar, Leticia prefirió regresar por no sentirse cómoda en el terreno que nos recibía: capa de nieve delgada, sobre acarreo duro de significativa pendiente. En efecto, la pendiente fue en constante aumento y de forma sostenida; a ratos, unos 50°. Avanzamos, a buen ritmo, turnándonos con Jorge en la apertura, mientras se desplegaba arriba y a la derecha un gran sistema de rocas, el cual superamos también por el borde derecho. En este punto la ruta tuerce hacia el Sur, hasta llegar a un portezuelo (3.680 msnm aprox.) que conecta con el filo que lleva a la cumbre.

¡Y qué filo! Expuesto y en broche de oro, rematando en un morro de roca descompuesta, obvio, que es la cima. A ella, finalmente accedimos, tras dos horas desde el CB, y con aseguramiento en base a cordín desplegado por Jorge. La alegría de siempre; la belleza envolvente.

 Video de cumbre:  http://dav.us4.list-manage.com/track/click?u=f0831740166368d304cacbac4&id=f4918aeeaf&e=66f82d4dc9

El descenso, rápido y furioso. A ratos desescalada. Jorge siempre en la delantera. Su expertise le permitió frenar dos de esos “pequeños” resbalones involuntarios, propios de estas acometidas, que experimentó Elisa.

En el CB, disfrutando en bikini de las bondades del sol cordillerano de medio día, nos esperaba Leticia, para el debido jolgorio, que remató, tras desmontar y descender, en una tradicional empanada en el Cajón del Maipo.

Relato y fotos por Beatriz Delgado y Jorge Hess