Expedición Colchane,Enquelga y Cariquima 2010: Entre chatas y jilatas

Cerro Cariquima y Volcán Isluga

Tras la fuerte experiencia vivida en el Calbuco en la Edición Bicentenario de Volcanes del Sur la cordada se afiató. Fue así como Felipe Lobos, Pablo Águila y quien les escribe, Felipe Araya, seguimos practicando el montañismo durante todo el 2010 juntos así como la escalada deportiva, pedaleos y carretes varios. De esta forma surgió a mediados del segundo semestre la idea loca de buscar nuevas fronteras montañisticas dentro de nuestro país en diciembre de ese año. Como Felipe Lobos es oriundo de Iquique optamos por explorar los cerros del altiplano de la I región. Sabíamos de varios: Sillajhuay, Cariquima (o Mama Wuanapa), Cabarrey (o Cabaray), Volcán Isluga, Tata Sabaya, Tata Jachura, entre otros, algunos de los cuales estaban en Bolivia.

Parche de arpillera

Parche de arpillera. Dios Wiracocha

Decidimos viajar hacia el fronterizo pueblo de Colchane (3.800 msnm), movimos algunos contactos y nos conseguimos el alojamiento en la casa parroquial a través de Mauricio González, profesor de la escuela local, una casa abandonada, por cierto, y llena de chusca, pero muy cómoda para dejar nuestras cosas, dormir, cocinar e ir al baño (muy importante). Este pueblo, creado para hacer soberanía en la zona y controlar el narcotráfico, fue construido a mediados de los 80’s, de modo que es muy nuevo lo que lo hace carecer de identidad y cultura, pero cumple su función.

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Iglesia de Colchane, nuestro Base Camp.

Al día siguiente de llegar buscamos el transporte que nos llevaría hacia el vecino pueblo de Cariquima (3.700 msnm) para intentar el cerro del mismo nombre. Después de mucha negociación (sí, son demasiado buenos para negociar y sobre exagerar los precios, de hecho de $100.000 el pique quedó en $20.000) partimos con Toribio (marido de la señora del almacén a la que apodamos “La Abuela Grillo”) hacia nuestro destino.

En Cariquima buscamos a nuestro contacto, Armando Moscoso (gran valor), inspector de la escuela, para obtener alojamiento ahí, donde nos dieron una habitación, colchones y baño. Esa tarde tras caminar y subir una lomita cercana tuvimos el deber de aclimatar en un campeonato de ping-pong con los niños del internado, nos sacaron la #%$&$%·#, pero la pasamos bien.

Plaza de Cariquima

Plaza de Cariquima

Premiación campeonato de ping pong

Premiación campeonato de ping pong

Al día siguiente partimos temprano, cuando aún estaba oscuro, hacia el cerro desde el pueblo mismo, no sin antes ver un “condenado”. La caminata de aproximación fue más larga de lo esperado, había que rodear una loma antes de llegar a las faldas del cerro la que alcanzamos recién cerca de  las 9:00 am.  El día estaba caluroso y la pendiente aumentaba suavemente por la falda norte hasta cierto punto donde aumentaba de forma radical. El calor también empezó a aumentar.

Cerro Cariquima o Mama Wanapa (5.365 msnm) visto desde Colchane

Cerro Cariquima o Mama Wanapa (5.365 msnm) visto desde Colchane

A eso de las 12:00 llegamos a un pequeño bosque de Queñoas a 4.800 msnm, son los árboles que crecen a mayor altura en el mundo. Luego a remontar por un suelto acarreo hasta llegar a una zona de grandes rocas sueltas. A los 4.950 msnm aproximadamente empezaban a aparecer verdes llaretas rodeadas de tierra que permitían avanzar un poco más firme, pero también aparecieron los efectos de la altura en algunos. Fue así como llegamos al hombro del filo que se extiende hacia occidente del cerro y nos encontramos con unos torreones de roca que no logramos ver por dónde sortear. Pero más que eso la puna y el cansancio de las casi 7 horas que nos había tomado llegar hasta ahí nos había llevado a la decisión previa de conformarnos con llegar hasta los 5.060 msnm. La cumbre tenía 5.300 aprox.

La ruta entre llaretas, acarreos y yerbas

La ruta entre llaretas, acarreos y yerbas

Los tres en el punto más alto que alcanzamos en este cerro (5.060 msnm)

Los tres en el punto más alto que alcanzamos en este cerro (5.060 msnm)

Volvimos a Cariquima a comer, tomar vino y descansar.

Al día siguiente nos encontraríamos con otra gran exponente del club, Anita Madinagotia, que por esas casualidades de la vida (aunque nos habíamos enterado antes de partir, pero después de haber planificado el viaje) estaba haciendo su tesis en Enquelga, otro pueblo vecino a Colchane. Para ello nos pasaba a buscar Toribio temprano a la escuela, pasamos a dejar las cosas a la parroquia (nuestro Base Camp) y partimos hacia el punto de encuentro, la feria quincenal sabatina de Pisiga Bolivar, en Bolivia, a solo dos kilómetros de Colchane. La relación entre los dos pueblos es muy natural, no hay ningún problema (ni papeleo de ningún tipo) para hacia Pisiga Bolivar (le pongo apellido porque existen varios “Pisigas” en la zona: Pisiga Choque, Pisiga Centro, entre otros), de vuelta a Chile el SAG controla todo lo que se compra, pero no más que eso. La cosa es que no encontramos a Anita en la feria, así que usando unos minutos de roaming internacional de celular por estar a 500 metros de la frontera descubrimos que ya se había vuelto a Colchane y nos esperaba en el hotel, hacia el cual nos fuimos caminando. Ahí nos embarcamos en la “Délica” de Agustín Castro la que colapsamos porque íbamos nosotros 4, más nuestras mochilas, nuestro petate con comida, Juana con sus gatitos y otras personas de Enquelga que no recuerdo quiénes eran, porque nunca pude ver sus caras entre tantas cosas que llevábamos (ojo, ellos venían de la feria con todas sus compras).

Con Anita el Colchane

Con Anita el Colchane

En Enquelga (3.900 msnm) nos quedamos donde se estaba hospedando Anita, en la casa de la posta donde vivía el enfermero Gabriel que por esos días andaba de viaje por Tacna. Esa tarde fuimos a las termas de Enquelga, conocimos a las diferentes familias aimaras que habitaban el pueblo en unas visita guiada por Anita y nos permitimos compartir algunos bonitos momentos con ellos. En la noche preparamos nuestras cosas para la partida al día siguiente hacia el segundo objetivo: El Volcán Isluga (5.530 msnm aprox.)

Volcán Isluga (5.530 msnm) y a sus pies el pequeño poblado de Enquelga

Volcán Isluga (5.530 msnm) y a sus pies el pequeño poblado de Enquelga

Partimos hacia el campamento base a eso de las 12:00 con un calor horrible por las pampas altiplánicas. Cerca de las 16:00 llegamos a un bosque de Queñoas a 4.500 msnm donde acampamos ¡¡¡LOS CUATRO EN UNA CARPA PARA 2!!! Después de soportada la peor noche de mi vida a las 6:00 am emprendimos rumbo hacia la cumbre. No hay ninguna huella en toda la ruta por lo que emprendimos por una quebrada de escorial volcánico comenzamos el ascenso en un largo zig-zag y que terminaba a los 4.900 msnm. Desde ahí una larga duna que subimos del mismo modo. En el intertanto, para amenizar la mañana, paramos para cantar “Un golpe de suerte” de Lucho Jara y tomar ulpo con harina tostada de quínoa. Luego comenzamos un traverse hacia el oriente en dirección a la cumbre  (el activo cráter queda bastante lejos de la cumbre hacia el oeste del filo cumbrero, por lo cual no lo vimos nunca salvo por su constante fumarola). El camino seguía más o menos parecido, casi pura arena de escoria volcánica. El trazo por la ladera llega a un plateau desde donde se ve la cumbre la que se alcanza luego de 20 minutos más al ascender la loma final. Llegamos a la cumbre cerca de las 13:00.

Ascendiendo por la quebrada desde el campamento

Ascendiendo por la quebrada desde el campamento

La eterna duna de escorial volcánico

La eterna duna de escorial volcánico

Cumbre Volcán Isluga y el Cabaray (Bolivia) de fondo

Cumbre Volcán Isluga y el Cabaray (Bolivia) de fondo

El descenso fue extremadamente fácil, rápido y muy entretenido, era básicamente bajar una gran duna de arena. Al llegar al campamento descansamos, cominos para luego bajar esa misma tarde a Enquelga donde ya había llegado el enfermero. Muy cansados y después de hacer varias tonteras como comer ají rocoto solo, inventar mil juegos con un dominó y jugar un carioca “obligados” nos fuimos a dormir.

Para recuperarnos al otro día volvimos a las termas, luego almorzamos sopa de quínoa con chuño hecho por Luisa Castro (la mamá aimara adoptiva de Anita) y en la tarde visitamos el vecino pueblo abandonado de Carahuano al otro lado del bofedal. En la noche carreteamos hasta morir con cervezas y gran parte de la comida que nos quedaba.

Termas de Enquelga

Termas de Enquelga

A la mañana siguiente volvimos a Colchane y nos depedimos de Anita que volvía a Iquique al día siguiente. El plan original era intentar el Cabaray, sin embargo visto desde el volcán Isluga y otros puntos la ruta no se veía para nada clara, además de muchas zonas peligrosas, por lo tanto decidimos abortar e ir a pasear a Oruro, plan que tampoco nos resultó pues en la aduana boliviana nos pidieron algún tipo de coima para dejarnos pasar, a lo que no accedimos.

El penúltimo día en el altiplano lo utilizamos en recorrer un tramo del Sendero de Chile que une Colchane con el pueblo ritual de Isluga, distantes a 8 km. Isluga es un pueblo donde no vive gente y que solo se visita para las ocasiones festivas, a pesar de ello está repleto de viviendas esperando a sus visitantes. Un muy lindo paseo bordeando el río, arrancando de la camioneta del alcalde de Colchane Teófilo Mamani y tomando fotografías de los pastores acarreando “al llamo”. Al día siguiente volvimos a Iquique en una van llena de inmigrantes bolivianos ilegales.

El pueblo ritual de Isluga

El pueblo ritual de Isluga

En Iquique, además de “taquillar” en la playa haciendo como que hacíamos slack-line y pasear por la Zofri (obvio) subimos el cerro duna Esmeralda de donde obtuvimos una linda vista de todo Iquique.

Slack-Line en Iquique, "el miami chileno"

Slack-Line en Iquique, "el miami chileno"

Cumbre Cerro Esmeralda

Cumbre Cerro Esmeralda

En resumen este fue un viaje deportivo, exploratorio y muy cultural. Visitamos cerros poco recurridos, compartimos con las comunidades locales y logramos al menos una muy linda cumbre. Una hermosa y gran experiencia para crecer como montañistas y personas.

Un agradecimiento especial a Nuevas Rutas y especialmente a Rodrigo Hidalgo. También a Francisca Muñoz por los contactos que nos facilitaron tanto el viaje.

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www.nuevasrutas.cl

Jallalla.

Integrantes: Felipe Lobos, Pablo Águila, Felipe Araya y Ana Luisa Madinagoitia.

Relato: Felipe Araya

Fotos: Todos

Parche Wiracocha: Concepto: Felipe Araya, Diseño y Confección: Pablo Águila, Modelo: Felipe Lobos.

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