Estero La Jarilla
El estero La Jarilla, que nace en la vertiente oriental del cordón de Los Quempos, es uno de los tantos cursos de agua que tributan al río Olivares. Por ahí entró la cordada de la U. de Chile que en junio de 2001 ascendió el Teniente de Los Quempos (4156m), convirtiéndose así en los segundos en su cumbre, luego del grupo del DAV que en dic de 1957 ascendiera por primera vez el cerro, aunque sin dejar constancia de la ruta que había seguido.
El 22 de enero salimos con Alvaro Vivanco y Jorge Hess del DAV con la idea de hacerle una tercera visita al Teniente, pero bastó una mirada a sus largos y secos acarreos de verano para resolver un cambio de objetivo. Luego de evaluar las alternativas, continuamos remontando el estero hacia el norte.
El valle es extenso y cada tanto aparecían muy buenos lugares para campamento. Además, al revisar la carta IGM, se advierten varias cumbres sin nombre que podían convertirse en un buen consuelo.
Casi al fondo del valle, al pie de los cerros Capitán y Manantial, alcanzamos una amplia vega donde armamos campamento. Desde ahí, hacia el Este, teníamos vista directa a la humilde cumbre 4085, que forma parte del cordón que separa La Jarilla del Olivares.
Con las primeras luces del domingo y la luna aún cayendo sobre la cara sur del Manantial, salimos a la P4085, que Evelio Echevarría daba por inescalada en un artículo publicado por el American Alpine Club.
Después de redimirnos por unos acarreos interminables, enfilamos por un canalón que se abre paso al sur del cerro.
Superamos mucho material suelto y una que otra banda de hielo entre las rocas.
Luego de unas 3 horas desde el campamento, salimos a una antecumbre frente a la pirámide somital, la que se remonta con una trepa de baja dificultad entre pasillos de roca descompuesta. Recién pasaban las 10 de la mañana y el GPS marcaba 4081m.
En la cumbre no encontramos ningún testimonio, ni señas de ascensos anteriores. Como llevábamos libro y tarro de cumbre, decidimos ponerle un nombre. Después de algunas deliberaciones, nos inclinamos por el de nuestros clubes, el Alemán y el de la Católica. Y si hay un alemán católico, seguro que es bávaro. Así que lo bautizamos cerro Bávaro.
Desde arriba se ve Valle Nevado, las cumbres del Manantial, Salazar, Laguna y Klatt en el cordón del Cepo y el Macizo del Plomo, pero el premio se lo lleva la vista al río Olivares enmarcado por el Juncal, el Nevado del Plomo, el Risopatrón y el Tronco.
Más fotos en el relato de Álvaro Vivanco
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Eduardo Atalah, enero 2011